Margie trabajó por 8 años en una escuela católica y se dedicó plenamente a su trabajo y a su institución. Sin embargo, fue despedida repentinamente solo por estar casada con una mujer.
Margie es una de los cientos de lesbianas, gays, bisexuales y trans católicos que han recibido un trato injusto por parte de la Iglesia Católica solo por amar a quien aman.
El Papa tiene el poder para detener esta discriminación y YA llegó a EE.UU. Tenemos una oportunidad enorme para exigir cambios.
Margie, su esposa Andrea y otras lesbianas, gays, bisexuales y trans católicos le han pedido al Papa que se reúna con ellos durante su paso por EE.UU. El pontífice aún no se ha manifestado, pero es probable que nos ponga atención al encontrarse con una enorme pancarta que le diga que 100.000 de nosotros apoyamos la petición de Margie y otros católicos gay. Pídele al Papa que se reúna con Margie.

Foto: Margie y Andrea. Publicado 22 de setiembre 2015